Son recuerdos vivos y coloridos de la niñez , que Kenita retiene en la lucidez del incipiente alzheimer que le envuelve su mente ,donde están las mejores y fantásticas historias de vida ,de la mujer más guerrera que he conocido en vivo y en directo. Ella recuerda a su mascota de infancia, por allá en los años 40, en ese mundo de adobe y paja ,con calles de tierra virgen y polvorienta de su tierra natal. Ahí fue cuando a la niña regalona ,le obsequiaron su mascota ,una gallina bajita de cogote pelado y rechonchona, que bautizó como " La Pachacha", pasando a ser su mejor amiga y confidente, en juegos infantiles y sueños de princesas campestres. Un día kenita llegó del colegio buscando a su Pachacha ,pero no aparecía por ninguna parte ,preguntando a sus Padres ,hermanos y servidumbre de la casa ,pero nadie le dio la respuesta que ella buscaba. Así revisando piezas ,estantes. armarios ,patios y terrazas ,no podía encontrar a su amiga querida ,hasta que se le ocurrió ir a la cocina a otear ,tal fue su sorpresa al destapar una olla ,donde de la cazuela asomaban las dos patas de la Pachacha cocinandose , como diciéndole " Adiós kenita ,gusto en conocerte ,hasta aquí no más llegamos y estoy a la suerte de la olla para los comensales. Desde ese día, la Kenita nunca más comió carne de ave ,ya que el impacto fue demasiado fuerte para su fragilidad de niña ,donde su mente y corazón entregaban solo cariño y amistad ,a su gallina Pachacha ( Q.E.P.D) su amiga que hasta ahora recuerda, como en los mejores tiempos .....O.I.G.J.
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