ARCHIVO DE RELATOS

domingo, 6 de agosto de 2017



IRSE AL NAIPE
Es el juego de la vida con apuestas a ganador, cuando tienes dominado a tu favor la baraja y las reglas del juego, pues tus egos como DEALER lo dictaminan  y controlan todo, así todo es fácil apostando a recoger las apuestas, todo apunta a tu favor. El juego se repite una y otra vez, volviéndose monotonía la rutina ganadora, ahora podrías jugar de espalda y ganarás, pero las cartas de la baraja se van gastando en cada mano y tu no te darás cuenta, pues tus ojos solo están puesto en el montón de la apuesta, están listos para recoger el fruto de tu esfuerzo. Así pasa el tiempo y las cartas se gastan, quedando los símbolos a la vista y ahí todo cambia, ahora se hace presente otros juegos, otras apuestas, otro ganador que se llevará el turro de la apuesta a la acera de enfrente. Ahora eres perdedor y solo te queda ante la derrota irte al naipe, a refugiarte entre las cientos de símbolos de la baraja, para que te protegan y den abrigo, ese abrigo que el juego ganador te desnudó, poniéndote en tu lugar como un perrito faldero, ese que siempre fuiste...... Gracias


CASTILLOS DE ARENA
Es Nuestro mundo creado por nuestra mente como todo lo que ella sabe hacer, es la construcción de nuestra vida en forma virtual como un sueño a conquistar, es el desafío que en la realidad es a base de sangre, sudor y lágrimas, pero envueltas en felicidad de ir por el camino correcto. Esto es amor propio, es dignidad con el espíritu, que en cada piedra puesta brillará como mil soles, alumbrando el espectro de nuestro universo, al conectar lo material con lo mental en el objetivo de la vida. Este castillo somos nosotros con nosotros mismos, es nuestra educación, nuestros compromisos, nuestros juramentos, nuestra inteligencia, nuestro amor, nuestros fracasos y nuestra sabiduría, que se presentará en público ante otras mentes e inteligencias, que en un abrir y cerrar de ojos nos visualizarán y sabrán de inmediato de nuestro castillo de piedra, adobe, barro o papel y con poco tiempo de andar por sus torres, torreones y fortaleza, sabrán de su honestidad, orgullo, mentira, apariencia y todo moho que lo corroe. El castillo debe tener en sus mástiles nuestra bandera, con nuestro nombre y con el color que caracteriza nuestra vida, que flameara con todo tipo de vientos suaves y huracanados , pero siempre se mantendrá incólume hasta su misión en esta tierra... Gracias