CASCARAS DE MANDARINA
Se presentan al desnudo, envolviendo el ambiente con su dulzura cítrica, que te hace dar ese frescor del fruto de la tierra, extrayendo ese algo desconocido para transformarlo en aroma a mandarina. Son cáscaras insignificantes pero con un gran tesoro vivo de dulzor, ése que esperas para hacerte reaccionar y vivir ese momento intensamente, es un regalo como una entrega humilde de la natura, es una pequeña ofrenda dentro la inmensidad de la madre naturaleza para tu olfato y humanidad. Son cáscaras de abrigo del fruto, que en su ciclo perfecto protegió, para guardar ese tesoro jugoso y sabroso a tu paladar. Ahora ya puedes volver a la tierra a mezclarte con la tabla periódica y producir nuevos sabores, nuevos frutos, nueva vida..... Gracias