LA BILLETERA ASADA
Son cuentos tal vez del folclore popular o solo inventos reales, que en algún momento pasó y que quedaron en alguna estación del olvido. La mente nos hace jugarretas al desconectar algún terminal nervioso, dejando pasajes en blanco sin poder recordar donde dejamos nuestro tesoro de billetes, a fin de evitar su robo o pérdida involuntaria voluntaria. Ese lapsus te lleva a pensar que una página de tu libro fue arrancada, que fue escondida a propósito como el juego del gato y el ratón, pero con dinero ganado con el sudor de tu frente. No sólo de trabajo vive el hombre, sino también de alimentarse y engullir un rico pollo al horno con papas doradas y cebolla en plumas, así que así se hizo y punto. El ave y sus aderezos fueron puesto al horno a fuego lento, no pasando un par de minutos que el horno comenzó a humear e inundando la cocina sin explicación, para investigar jale la tapa llevándome la sorpresa del arte culinario, ése humo me llevó directo a mi billetera que había guardado como en una caja de fondos de lata. Allí estaba mi billetera asada , quemándose con mi tesoro de billetes de los gordos, del poder económico, allí me faltaban manos para sacarlos mientras se tostaban, doraban y quemaban. Fue la lección de que todo no es malo, que el hambre te puede llevar a encontrar tesoros escondidos, que tu mente te ha negado, pudiendo doblegar su lapsus de tiempo en blanco haciéndolo blanco pero de humo.... Gracias