ARCHIVO DE RELATOS

sábado, 1 de abril de 2017



EL VERANO DEL AMOR
Es el ambiente estival, que abre los corazones en el ambiente del sol, la playa, la brisa marina y las gaviotas graznando en el cielo azul oscuro, dejándose llevar por las corrientes al igual que los humanos bajo su vuelo, pero por el amor. Es la máxima en que la mente, es una centrífuga de energía positiva, imparable en sus pensamientos, que blindan su embarcación mostrando las mejores velas al viento, con insignias de corazones y rayos con fulgores de pasión. Es el amor que va por el aire, al igual que el aroma de las rosas va llenando los pulmones, haciéndose irresistible su inhalación que te atrapa y te hace sucumbir en besos, abrazos, caricias y un te amo. Es éste verano que se ha hecho eterno, que nunca cambiará de estación, pues el sol se ha quedado para siempre en mi jardín, con sus rayos, su luminosidad y hermosura dando más vida a la vida. La fotosíntesis se ha amalgamado en mi alma, ya no es vegetal ahora es humana, es través de la luz de la vida que puedo sentirla, verla, palparla y entregarla diariamente a mis seres queridos, es el verano del amor que llegó para quedarse aquí y ahora... Gracias


LAS HERMANAS
Son ellas las hermanitas Gordon, dos chicas elegantes como salidas de una película en blanco y negro, con ese glamour de la época con sombreros alones y cartera, que con paso cansino y elegante, atraían la mirada de los caballeros de la gomina y flor en la solapa. Son dos hermanas para toda la vida, con sus diferencias naturales del crecimiento y evolución, así se mantuvieron desde su nacimiento hasta su partida, dejando sus retoños en la función de la creación, con sus legados de cariño, amor y apellido, para que recuerden sus orígenes y ejemplos que se transmitirán de generación en generación. La marujita con su cariño especial y la Viola con su simpatía magnética, en tertulias  tejían los destinos de sus descendencia, apoyadas en juegos de poker y viajes. Así se fueron dando las cosas por decenios, mientras sus polluelos crecían y maduraban, para comprender los sacrificios y desvelos de estas viejitas cariñosas,del tiempo del tranvía, de los viajes en tren a Antilhue, de los paseos al zoológico. Sus vidas fueron dada para eso, para dar cariño y alegría en besos y abrazos del amor de hermanas, madres y abuelas. Gracias hermanitas por entregarme una parte de ese cariño, son los años que me hacen ver aún más su fraternidad , sus cosas, sus errores y grandeza humana... Gracias